Casos de Insolvencias (IV): Spirit Airlines
31 de marzo de 2025
1. Razones de la insolvencia
Spirit Airlines, reconocida por su modelo de ultra bajo costo y su flota de aviones amarillos, enfrentó una crisis financiera creciente desde 2020. Durante ese periodo, la aerolínea acumuló más de 2.500 millones de dólares en pérdidas netas, producto de una combinación de factores internos y externos.
Uno de los detonantes principales fue la caída de los ingresos por pasajero. A pesar de que el tráfico aéreo comenzó a recuperarse tras la pandemia, Spirit experimentó una baja significativa en sus ingresos por milla volada, que cayeron aproximadamente un 20%. Esto reflejó una guerra de tarifas en el mercado de ocio, su segmento principal, donde aerolíneas más grandes ofrecieron productos similares a precios competitivos. Esta presión de precios redujo el margen operativo de Spirit, dificultando la rentabilidad.
Además, el aumento de los costos operativos afectó aún más su desempeño. Los costos laborales se incrementaron tras ajustes salariales post-pandemia, y se sumaron gastos crecientes en combustible, mantenimiento y flota. A esto se agregaron interrupciones operativas: más de una docena de sus aviones quedaron fuera de servicio por fallas en los motores Pratt & Whitney, afectando su capacidad operativa y obligando a reducir la oferta de vuelos.
El fracaso de su proceso de fusión con JetBlue fue otro golpe decisivo. Luego de acordar una venta por 3.800 millones de dólares, el Departamento de Justicia de EE.UU. bloqueó la operación por motivos de competencia. Al cancelarse el acuerdo, Spirit perdió la oportunidad de inyectar capital fresco y reorganizar su negocio dentro de una compañía más grande. Sin alternativas estratégicas inmediatas y con más de 1.000 millones de dólares en vencimientos de deuda para 2025 y 2026, la compañía se encontró en una situación de insolvencia.
2. Petición de Chapter 11
El 18 de noviembre de 2024, Spirit Airlines presentó una solicitud voluntaria de reorganización bajo el Capítulo 11 en el Tribunal de Quiebras del Distrito Sur de Nueva York. Esta decisión fue tomada con el objetivo de reestructurar su deuda financiera y asegurar su continuidad operativa.
Spirit ingresó al proceso con un acuerdo de reestructuración previamente negociado con sus principales bonistas. Este enfoque preacordado permitió iniciar el proceso con respaldo mayoritario, agilizando los plazos judiciales. La empresa dejó claro que seguiría operando normalmente durante todo el proceso: mantuvo todos sus vuelos programados, continuó pagando a empleados y proveedores, y honró los programas de fidelización y venta de boletos.
Para financiar sus operaciones durante la bancarrota, Spirit obtuvo un préstamo DIP de 300 millones de dólares, respaldado por sus acreedores existentes. Junto con su liquidez en caja, estos recursos le permitieron evitar interrupciones operativas mientras se desarrollaba el proceso judicial. Además, la compañía acordó no afectar los pagos a proveedores clave, arrendadores de aeronaves ni acreedores con garantías reales.
3. Propuesta de reestructuración
El plan de reestructuración aprobado se centró en reducir la deuda financiera no garantizada y recapitalizar la empresa. Spirit logró eliminar aproximadamente 795 millones de dólares de deuda mediante su conversión en acciones. Al mismo tiempo, obtuvo un compromiso de inversión de capital nuevo por 350 millones de dólares, también proveniente de sus acreedores.
Esto implicó que los bonistas pasaran a ser los nuevos propietarios de la aerolínea reorganizada. Como resultado, las acciones comunes existentes fueron canceladas en su totalidad, eliminando el valor para los antiguos accionistas. En su lugar, se emitieron nuevas acciones que inicialmente cotizan en el mercado extrabursátil (OTC), con la intención de volver a listarse públicamente en el futuro.
En términos de gestión, el CEO Ted Christie fue ratificado en su cargo, mientras que se renovó el directorio con representantes de los nuevos accionistas. Esta nueva gobernanza refleja la transición de la empresa desde un modelo cotizado a uno bajo control de fondos institucionales.
Para los empleados, la reestructuración no implicó despidos ni reducción de sueldos vinculados al proceso judicial. La empresa mantuvo sus obligaciones laborales vigentes y realizó pagos regulares durante todo el proceso. Sin embargo, debido a la menor disponibilidad de aviones, varios pilotos fueron temporalmente suspendidos, en una medida más relacionada con problemas técnicos que con la reestructura financiera. Los sindicatos, en particular el de pilotos, han exigido a la administración un plan sostenible que preserve los intereses laborales en el largo plazo.
El plan también incluye una revisión estratégica del modelo de negocio. Spirit busca alejarse parcialmente del enfoque puramente de ultra bajo costo para captar pasajeros de mayor valor. La empresa proyecta aumentar en un 13% los ingresos por pasajero mediante la incorporación de productos mejorados, como asientos premium, paquetes con servicios incluidos, conectividad a bordo y alianzas de fidelización con otras aerolíneas. Esta evolución tiene como objetivo fortalecer los márgenes y posicionar mejor la marca ante un entorno competitivo cambiante.
Si le interesa comparar este caso se Spirit Airlines con el caso del Chapter 11 de Latam Airlines, puede acceder al siguiente link https://concordiasimple.com/casos-de-insolvencias-ii-latam-airlines/
4. Estado actual del caso
El 20 de febrero de 2025, el Tribunal de Quiebras aprobó formalmente el plan de reorganización. Apenas tres semanas después, el 12 de marzo, Spirit Airlines anunció oficialmente su salida del Capítulo 11, marcando el cierre exitoso del proceso.
La aerolínea emergió como una compañía privada, con una estructura de capital mucho más sólida, menos deuda y una base de accionistas totalmente renovada. Con 350 millones de dólares de nuevo capital, una carga financiera más liviana y una estrategia comercial adaptada, Spirit busca retomar el camino hacia la rentabilidad.
La empresa continúa operando con normalidad y ha rechazado recientemente nuevas ofertas de fusión, reafirmando su intención de competir de manera independiente en el mercado. Los nuevos propietarios han expresado su compromiso con la sostenibilidad del negocio, mientras que el equipo directivo se enfoca en mejorar la experiencia del cliente y generar valor a largo plazo.
En resumen, Spirit Airlines completó un proceso de reestructuración financiera rápido y ordenado bajo Chapter 11. La compañía redujo significativamente su deuda, fortaleció su balance y rediseñó su estrategia de negocio para afrontar los desafíos del mercado aéreo post-pandemia. Su éxito dependerá ahora de la ejecución efectiva de este nuevo plan y de su capacidad para recuperar rentabilidad sostenida en un entorno aún competitivo.
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